Salmo 121 Biblia Católica: Nuestra seguridad está en Dios
- Dirijo la mirada hacia los montes: ¿de dónde me llegará ayuda?
- Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra
- No deja que tu pie dé un paso en falso, no duerme tu guardián
- Jamás lo rinde el sueño o cabecea el guardián de Israel
- El Señor es tu guardián y tu sombra, el Señor está a tu diestra
- Durante el día el sol no te maltratará, ni la luna de noche
- Te preserva el Señor de todo mal, él guarda tu alma
- El te guarda al salir y al regresar, ahora y para siempre
El Salmo 121 es uno de los salmos más conocidos y queridos de la Biblia Católica. Es un salmo de confianza y seguridad en Dios, que nos recuerda que nuestra ayuda y protección provienen del Señor. A lo largo de este salmo, el salmista nos muestra cómo podemos encontrar consuelo y fortaleza en Dios en medio de las dificultades y desafíos de la vida.
Dirijo la mirada hacia los montes: ¿de dónde me llegará ayuda?
El salmo comienza con una pregunta retórica: "Dirijo la mirada hacia los montes: ¿de dónde me llegará ayuda?" Esta pregunta refleja la incertidumbre y la necesidad de ayuda que todos enfrentamos en algún momento de nuestras vidas. Los montes pueden representar los obstáculos y desafíos que enfrentamos, y nos preguntamos de dónde vendrá nuestra ayuda.
Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra
La respuesta a esta pregunta se encuentra en el siguiente verso: "Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra". Aquí, el salmista reconoce que su ayuda y protección provienen de Dios, quien es el creador de todo. Esta afirmación nos recuerda que Dios tiene el poder y la capacidad para ayudarnos en cualquier situación.
No deja que tu pie dé un paso en falso, no duerme tu guardián
El salmo continúa afirmando que Dios no permitirá que tropecemos o caigamos. Él es nuestro guardián constante y está siempre alerta. Esta imagen de Dios como un guardián vigilante nos da confianza y seguridad en su cuidado y protección.
Jamás lo rinde el sueño o cabecea el guardián de Israel
El salmista enfatiza aún más la vigilancia de Dios al afirmar que nunca duerme ni se adormece. Dios está siempre atento y alerta, cuidando de su pueblo en todo momento. Esta imagen nos muestra la fidelidad y el compromiso de Dios para protegernos y cuidarnos sin descanso.
El Señor es tu guardián y tu sombra, el Señor está a tu diestra
El salmo continúa describiendo a Dios como nuestro guardián y nuestra sombra. La sombra es un símbolo de protección y refugio, y el salmista nos asegura que Dios está siempre a nuestro lado, protegiéndonos y guiándonos. Además, se menciona que Dios está a nuestra diestra, lo que indica su cercanía y apoyo constante.
Durante el día el sol no te maltratará, ni la luna de noche
El salmo nos asegura que Dios nos protegerá tanto de los peligros del día como de los peligros de la noche. Durante el día, el sol puede representar el calor y la adversidad, mientras que la luna de noche puede simbolizar la oscuridad y el miedo. Sin embargo, el salmista nos asegura que Dios nos preservará y nos cuidará en todas las circunstancias.
Te preserva el Señor de todo mal, él guarda tu alma
El salmo continúa afirmando que Dios nos preservará de todo mal y guardará nuestra alma. Esta promesa nos da la seguridad de que Dios nos protegerá de cualquier daño o peligro que podamos enfrentar. Además, nos recuerda que Dios se preocupa por nuestro bienestar espiritual y nos guarda en su amor y gracia.
El te guarda al salir y al regresar, ahora y para siempre
El salmo concluye con la afirmación de que Dios nos guarda en todo momento, tanto cuando salimos como cuando regresamos. Esta promesa nos asegura que Dios está con nosotros en cada paso del camino, cuidando de nosotros en todas nuestras actividades y trayéndonos de regreso a salvo. Además, esta promesa es eterna, ya que nos asegura que Dios nos guardará para siempre.
El Salmo 121 es un recordatorio poderoso de que nuestra seguridad y protección están en Dios. Nos muestra que podemos confiar en Dios en medio de las dificultades y desafíos de la vida, ya que él es nuestro guardián constante y nuestro refugio seguro. Que este salmo nos inspire a confiar en Dios y a encontrar consuelo y fortaleza en su amor y cuidado.
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