Oración de los enfermos San Judas Tadeo - Para sanar y pedir por la salud

Testigo del poder sanador de Jesús

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San Judas Tadeo, tú fuiste testigo presencial del poder sanador de nuestro Señor Jesús. Tú viste cómo Él sanaba a los enfermos, cómo devolvía la vista a los ciegos, cómo hacía caminar a los cojos y cómo liberaba a los poseídos por demonios. Tú presenciaste los milagros que realizaba y cómo su amor y compasión tocaban los corazones de las personas.

Compasión por los enfermos y moribundos

Tú, San Judas, tenías un corazón lleno de compasión por los enfermos y moribundos. Te acercabas a ellos, les mostrabas tu amor y les brindabas consuelo en sus momentos de dolor y sufrimiento. Tú comprendías su angustia y les ofrecías tu apoyo y oraciones para que encontraran alivio y sanación.

Tocando a los enfermos y animando a los desesperados

No solo te limitabas a orar por los enfermos, San Judas, sino que también los tocabas con tus manos y les transmitías tu energía sanadora. Tú les dabas ánimo y esperanza, les recordabas que no estaban solos en su lucha y les animabas a confiar en el poder de Dios para sanar sus cuerpos y aliviar sus dolencias.

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Autoridad y poder de sanación de San Judas

San Judas, tú has recibido esta autoridad y poder de sanación del Señor para hacer maravillas, para curar lo incurable, para asistir a quienes te invocan con gran devoción. Tú eres un intercesor poderoso ante Dios y tienes la capacidad de obrar milagros en nombre de aquellos que te buscan con fe y confianza.

Intercesión por la curación de (nombre de la persona)

En este momento, te pido, glorioso apóstol, que intercedas ante nuestro Señor Jesús, para enviar su gracia salvadora, para curar la enfermedad y el sufrimiento de (mencionar el nombre de la persona). Te ruego que toques su cuerpo con tu poder sanador, que alivies sus dolores y que restaures su salud. Te pido que eleves su espíritu que se encuentra abatido e inculques la esperanza en su corazón.

Alabanza a Dios por las obras maravillosas de Jesús

San Judas, a través de la oración, tú alabaste a Dios por las obras maravillosas de Jesús. Reconociste su poder y su amor incondicional hacia todos los seres humanos. Tú le diste gracias por los milagros que realizó y por la esperanza que trajo a aquellos que estaban enfermos y necesitados.

Fuerza para afrontar los retos del apostolado

Tú, San Judas, le pediste a Dios la fuerza para afrontar los retos de tu apostolado. Sabías que no sería fácil llevar el mensaje de Jesús a todos los rincones del mundo, pero confiaste en la fortaleza que Dios te daría para cumplir con tu misión. Tú eras consciente de que solo con la ayuda divina podrías llevar esperanza y sanación a aquellos que más lo necesitaban.

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Confianza en la misericordia de Dios

Tú, San Judas, pusiste tu confianza en la misericordia de Dios. Creíste firmemente que Dios te amaba y entendía tus alegrías y tristezas, tus esperanzas y temores, tus triunfos y fracasos. Tú sabías que Dios siempre estaría a tu lado, guiándote y sosteniéndote en todo momento.

Nada es imposible para Dios

Oh San Judas Tadeo, tú lograste entender que nada es imposible para Dios. Sabías que Él tiene el poder de obrar milagros y de sanar cualquier enfermedad. Tú confiaste en su infinita bondad y en su capacidad para transformar vidas y restaurar la salud de aquellos que lo necesitan.

Pedir por la voluntad de Dios en la vida

Por eso, te pido, San Judas, que ruegues por mí ante el Altísimo. Ayúdame a entender y aceptar la voluntad de Dios en mi vida. Permíteme confiar plenamente en su plan para mí y en su capacidad para sanar y restaurar mi salud. Que su voluntad se cumpla en mí, tanto en mi cuerpo como en mi espíritu.

Fidelidad a Jesús hasta la muerte

Tú, San Judas, te mantuviste fiel a nuestro Señor, hasta la muerte. No renunciaste a tu fe ni a tu compromiso con Jesús, incluso cuando enfrentaste persecuciones y dificultades. Tú le entregaste tu vida para que otros pudieran vivir, soportando el dolor físico y el abandono emocional.

Unirse a los sufrimientos de Jesús

Te uniste alegremente a los sufrimientos de nuestro Salvador, Jesús, y, por lo tanto, compartiste la redención del mundo. Tú comprendiste que el sufrimiento no era en vano, sino que tenía un propósito mayor. Tú ofreciste tus dolores y sacrificios como una ofrenda a Dios, confiando en que Él los transformaría en bendiciones para ti y para los demás.

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Intercesión por la fuerza en el sufrimiento

Por eso, te ruego ahora, San Judas, que intercedas ante nuestro hermano, en el nombre poderoso de Jesucristo. Ayúdale a encontrar la fuerza en el rostro de su sufrimiento. Permítele experimentar la paz y la esperanza que solo Dios puede dar. Que su fe se fortalezca y que su espíritu se renueve en medio de las pruebas y tribulaciones.

Confianza en Dios y entrega de la vida

Oh San Judas Tadeo, ayúdame a confiar en Dios y a poner mi vida en sus manos. Permíteme entregarle mis preocupaciones y mis miedos, sabiendo que Él tiene el control de todas las cosas. Que mi confianza en Él sea inquebrantable y que mi fe se fortalezca cada día.

Amén.

Laura Fernandez

Laura Fernandez

¡Hola! Soy Laura Fernandez creadora de este blog sobre amor y espiritualidad. Me gusta escribir sobre internet y el amor en estos tiempos modernos.

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