Oración de Comunión Espiritual para los que no pueden comulgar: Tres oraciones

En momentos en los que no podemos recibir la Sagrada Comunión sacramentalmente, ya sea por razones de salud, distancia o cualquier otra circunstancia, podemos recurrir a la oración de Comunión Espiritual para mantenernos unidos a Jesús y recibir su gracia en nuestro corazón. A través de estas oraciones, expresamos nuestro deseo de recibir a Jesús en nuestro ser y nos unimos a Él de manera espiritual.

Oración de San Alfonso María de Ligorio

Una de las oraciones más conocidas de Comunión Espiritual es la que fue compuesta por San Alfonso María de Ligorio, un santo y doctor de la Iglesia. Esta oración es una expresión profunda de amor y deseo de unión con Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. La oración dice así:

"Creo, Jesús mío, que estáis realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo recibiros en mi alma. Pero como ahora no puedo recibiros sacramentado, venid a lo menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás Me aparte de Ti. Amén."

En esta oración, San Alfonso María de Ligorio expresa su fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía y su amor por Él. Reconoce que en ese momento no puede recibir a Jesús sacramentado, pero le pide que venga espiritualmente a su corazón y se une a Él de manera íntima y profunda.

Oración del Cardenal Rafael Merry del Val

Otra hermosa oración de Comunión Espiritual es la que fue compuesta por el Cardenal Rafael Merry del Val, un cardenal español del siglo XX. Esta oración también expresa un profundo deseo de unión con Jesús en la Eucaristía y una entrega total a su amor. La oración dice así:

"A vuestros pies, ¡oh mi Jesús!, me postro y os ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito, que se hunde en la nada ante vuestra santísima presencia. Yo os adoro en el Sacramento de vuestro amor, la inefable Eucaristía, y deseo recibiros en la pobre morada que os ofrece el alma mía. Esperando la felicidad de la comunión sacramental, yo quiero poseeros en espíritu. Venid a mí, puesto que yo voy a Vos, ¡oh Jesús mío!, y que vuestro amor inflame todo mi ser en la vida y en la muerte. Creo en Vos y espero en Vos. Así sea."

En esta oración, el Cardenal Merry del Val se postra ante Jesús y le ofrece el arrepentimiento de su corazón contrito. Reconoce la presencia de Jesús en la Eucaristía y desea recibirlo en su alma. Aunque no puede hacerlo sacramentalmente en ese momento, se entrega a Jesús en espíritu y le pide que venga a él. Expresa su fe en Jesús y su confianza en su amor.

Oración de San Juan Pablo II

Además de las oraciones de San Alfonso María de Ligorio y del Cardenal Merry del Val, también podemos recurrir a otras oraciones de Comunión Espiritual, como la que fue recitada por San Juan Pablo II durante su pontificado. Esta oración es una expresión de amor y deseo de unión con Jesús en la Eucaristía. La oración dice así:

"Jesús mío, creo que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén."

En esta oración, San Juan Pablo II expresa su fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía y su amor por Él. Reconoce que en ese momento no puede recibir a Jesús sacramentado, pero le pide que venga espiritualmente a su corazón y se une a Él de manera íntima y total. Expresa su deseo de permanecer siempre unido a Jesús.

Estas tres oraciones de Comunión Espiritual nos invitan a mantenernos unidos a Jesús en momentos en los que no podemos recibirlo sacramentalmente. Nos ayudan a expresar nuestro amor y deseo de unión con Él, y nos permiten recibir su gracia en nuestro corazón. Podemos recitar estas oraciones en cualquier momento y lugar, sabiendo que Jesús siempre está presente y dispuesto a venir a nosotros espiritualmente.