Letanías de la Divina Misericordia: Oraciones y peticiones

Las Letanías de la Divina Misericordia son una serie de oraciones y peticiones que se recitan como parte de la devoción a la Divina Misericordia. Estas letanías son una forma de alabar y adorar a Dios, y de pedir su misericordia y perdón. Son una poderosa herramienta espiritual que nos ayuda a acercarnos a Dios y a experimentar su amor y compasión.
Oración inicial
Antes de comenzar a recitar las Letanías de la Divina Misericordia, es importante hacer una breve oración inicial para preparar nuestro corazón y mente. Podemos decir algo como:
"En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oh Dios, Padre de misericordia, te adoramos y te alabamos. Te pedimos que derrames tu misericordia sobre nosotros y sobre todo el mundo. Ayúdanos a ser instrumentos de tu amor y compasión. Te lo pedimos por la intercesión de la Virgen María, San Juan Pablo II y Santa Faustina. Amén."
Letanías de la Divina Misericordia
A continuación, presentamos las Letanías de la Divina Misericordia:
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, sangre del Verbo encarnado, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, del nuevo y eterno Testamento, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, vertida por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da vida, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos purifica, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, fuente de misericordia, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos justifica, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos reconcilia, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos une a ti, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos libra del pecado, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos libra de la muerte eterna, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da vida eterna, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos concede la gracia, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos santifica, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos fortalece, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos consuela, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da esperanza, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da paz, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da alegría, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da amor, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da perdón, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da salvación, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da vida eterna, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da la gracia de la conversión, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da la gracia de la perseverancia, ten piedad de nosotros.
Sangre de Cristo, que nos da la gracia de la santidad, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Oración final
Después de recitar las Letanías de la Divina Misericordia, podemos concluir con una oración final para expresar nuestra gratitud y confianza en la misericordia de Dios. Podemos decir algo como:
"Oh Dios, Padre de misericordia, te agradecemos por tu amor y compasión infinitos. Te pedimos que derrames tu misericordia sobre nosotros y sobre todo el mundo. Ayúdanos a vivir de acuerdo a tu voluntad y a ser testigos de tu amor en el mundo. Te lo pedimos por la intercesión de la Virgen María, San Juan Pablo II y Santa Faustina. Amén."
Recitar las Letanías de la Divina Misericordia es una forma poderosa de oración que nos ayuda a acercarnos a Dios y a experimentar su amor y perdón. Es una manera de abrir nuestro corazón a la misericordia divina y de pedir su ayuda en nuestras necesidades y dificultades. Que estas letanías nos ayuden a crecer en nuestra relación con Dios y a vivir de acuerdo a su voluntad. Amén.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.