Evangelio 19 de junio 2022 - Lecturas y reflexiones del domingo

Preparativos para la Última Cena

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En el Evangelio de hoy, que corresponde al domingo 19 de junio de 2022, nos encontramos en la semana previa a la crucifixión de Jesús. Los preparativos para la Última Cena están en marcha y Jesús envía a dos de sus discípulos a preparar el lugar donde celebrarán la Pascua.

Estos discípulos siguen las instrucciones de Jesús y encuentran un hombre que lleva un cántaro de agua. Lo siguen hasta la casa donde entra y le preguntan al dueño si pueden usar una habitación para la cena. El dueño accede y preparan todo para la celebración.

Este pasaje nos muestra la importancia de la preparación y la disposición para recibir a Jesús en nuestras vidas. Así como los discípulos se prepararon para la Última Cena, nosotros también debemos prepararnos para recibir a Jesús en la Eucaristía y en nuestra vida diaria.

La institución de la Eucaristía

En la Última Cena, Jesús instituye la Eucaristía, uno de los sacramentos más importantes de la Iglesia Católica. Jesús toma el pan, lo bendice, lo parte y lo da a sus discípulos, diciendo: "Tomad, esto es mi cuerpo". Luego toma el cáliz, da gracias, lo pasa a sus discípulos y les dice: "Bebed todos de él, porque esta es mi sangre, sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados".

En este momento, Jesús está anticipando su sacrificio en la cruz, donde dará su cuerpo y su sangre por la salvación de la humanidad. La Eucaristía es el memorial de este sacrificio, donde Jesús se hace presente de manera real y sustancial bajo las apariencias del pan y el vino.

La Eucaristía es un regalo inmenso que Jesús nos deja como alimento espiritual. Es en la Eucaristía donde encontramos la verdadera presencia de Jesús y donde podemos recibir su gracia y su amor de manera tangible.

La traición de Judas

Después de la institución de la Eucaristía, Jesús anuncia que uno de los discípulos lo traicionará. Todos se entristecen y comienzan a preguntar quién será el traidor. Jesús les dice que es aquel que comparte el pan con él en el plato.

En ese momento, Judas se revela como el traidor y Jesús le dice: "Lo que tienes que hacer, hazlo pronto". Judas sale de la cena y va a los principales sacerdotes para entregar a Jesús.

La traición de Judas es un recordatorio de la fragilidad humana y de la importancia de la fidelidad a Jesús. Judas, a pesar de haber sido uno de los discípulos de Jesús, sucumbe a la tentación y traiciona a su Maestro.

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fidelidad a Jesús. ¿Estamos dispuestos a seguirlo hasta el final, incluso en los momentos difíciles? ¿O sucumbimos a las tentaciones y traicionamos su amor y su enseñanza?

La promesa de Jesús y la negación de Pedro

Después de la traición de Judas, Jesús les dice a sus discípulos que todos ellos lo abandonarán esa misma noche. Pero Pedro, con su característica impetuosidad, declara que él nunca abandonará a Jesús, incluso si todos los demás lo hacen.

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Jesús le responde a Pedro: "En verdad te digo que tú, hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces". Pedro insiste en que nunca lo negará, pero Jesús conoce la debilidad humana y sabe lo que está por venir.

Más tarde, cuando Jesús es arrestado, Pedro se encuentra en el patio y es reconocido como uno de los seguidores de Jesús. Tres veces niega conocer a Jesús, tal como Jesús había predicho.

La negación de Pedro es un recordatorio de nuestra propia fragilidad y de la importancia de la humildad y la confianza en Dios. A pesar de nuestras buenas intenciones, podemos caer en la tentación y negar a Jesús en nuestras palabras y acciones.

La oración en el huerto de Getsemaní

Después de la Última Cena, Jesús se dirige al huerto de Getsemaní para orar. Lleva consigo a Pedro, Santiago y Juan, y les pide que oren y vigilen mientras él se retira a orar.

Jesús se siente angustiado y triste, y le pide a Dios que si es posible, pase de él ese cáliz. Pero también dice: "No se haga mi voluntad, sino la tuya". Jesús muestra su total entrega y obediencia a la voluntad de Dios, incluso en medio de su sufrimiento.

En este momento, Jesús experimenta una gran agonía y su sudor se convierte en gotas de sangre. Es un momento de profundo sufrimiento y prueba para Jesús, pero también es un ejemplo de confianza y entrega total a la voluntad de Dios.

La captura de Jesús

Mientras Jesús está orando en el huerto, llega una multitud con espadas y palos, enviada por los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos. Judas, el traidor, se acerca a Jesús y lo besa, señalándolo como el que deben arrestar.

Jesús es arrestado y llevado ante el sumo sacerdote y el Sanedrín. Allí, los principales sacerdotes buscan pruebas contra Jesús para condenarlo a muerte, pero no encuentran nada sólido. Sin embargo, Jesús confiesa ser el Mesías y el Hijo de Dios, lo cual es considerado como blasfemia por los líderes religiosos.

La captura de Jesús es un momento de gran injusticia y violencia. Jesús es arrestado y sometido a un juicio injusto, donde se le acusa falsamente y se le condena a muerte. Es un recordatorio de la fragilidad de la justicia humana y de la importancia de luchar por la verdad y la justicia en nuestro mundo.

La huida de los discípulos

Después de la captura de Jesús, los discípulos huyen y lo abandonan. A pesar de sus promesas de lealtad, sucumben al miedo y la confusión y se dispersan. Solo Pedro sigue a Jesús a distancia, pero incluso él termina negándolo.

La huida de los discípulos es un recordatorio de nuestra propia fragilidad y de la importancia de la fortaleza y la perseverancia en nuestra fe. En momentos de dificultad y persecución, es fácil ceder al miedo y abandonar nuestra fe. Pero Jesús nos llama a seguirlo incluso en los momentos más difíciles.

La comparecencia de Jesús ante el Sanedrín

Después de su arresto, Jesús es llevado ante el Sanedrín, el tribunal religioso judío. Allí, los principales sacerdotes y los ancianos buscan pruebas contra Jesús para condenarlo a muerte.

Los testigos presentados contra Jesús son falsos y sus testimonios no coinciden. Pero Jesús guarda silencio y no se defiende. Finalmente, el sumo sacerdote le pregunta directamente si es el Mesías, el Hijo de Dios. Jesús responde afirmativamente y es acusado de blasfemia.

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La comparecencia de Jesús ante el Sanedrín es un momento de gran injusticia y violencia. Jesús es sometido a un juicio injusto y condenado a muerte por afirmar su identidad como el Hijo de Dios. Es un recordatorio de la importancia de defender la verdad y la justicia, incluso en medio de la oposición y la persecución.

La negación de Pedro

Mientras Jesús está siendo juzgado ante el Sanedrín, Pedro se encuentra en el patio y es reconocido como uno de los seguidores de Jesús. Tres veces niega conocer a Jesús, tal como Jesús había predicho.

La negación de Pedro es un momento de gran tristeza y arrepentimiento. Pedro se da cuenta de su debilidad y de su falta de fidelidad a Jesús. Es un recordatorio de nuestra propia fragilidad y de la importancia de la humildad y la confianza en Dios.

La condena de Jesús

Después de su comparecencia ante el Sanedrín, Jesús es llevado ante Pilato, el gobernador romano de Judea. Los principales sacerdotes y los ancianos lo acusan de muchas cosas, pero Jesús guarda silencio y no se defiende.

Pilato no encuentra ninguna culpa en Jesús y trata de liberarlo, pero la multitud insiste en su condena. Pilato finalmente cede a la presión y condena a Jesús a ser crucificado.

La condena de Jesús es un momento de gran injusticia y violencia. Jesús es condenado a muerte a pesar de ser inocente. Es un recordatorio de la importancia de luchar por la justicia y la verdad, incluso cuando enfrentamos la oposición y la persecución.

La negación de Pedro nuevamente

Después de la condena de Jesús, Pedro se encuentra nuevamente en el patio y es reconocido como uno de los seguidores de Jesús. Tres veces niega conocer a Jesús, tal como Jesús había predicho.

La negación de Pedro por segunda vez es un momento de gran tristeza y arrepentimiento. Pedro se da cuenta de su debilidad y de su falta de fidelidad a Jesús. Es un recordatorio de nuestra propia fragilidad y de la importancia de la humildad y la confianza en Dios.

La crucifixión de Jesús

Después de su condena, Jesús es llevado al Gólgota, el lugar de la crucifixión. Allí, es clavado en la cruz y crucificado junto a dos criminales.

En la cruz, Jesús experimenta un gran sufrimiento físico y espiritual. Es insultado y burlado por aquellos que pasan por allí. Pero incluso en medio de su sufrimiento, Jesús muestra su amor y perdón, diciendo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".

La crucifixión de Jesús es el momento culminante de su sacrificio por la humanidad. Es en la cruz donde Jesús da su vida por nosotros y nos muestra el amor inmenso que tiene por cada uno de nosotros.

La muerte de Jesús

Después de varias horas en la cruz, Jesús finalmente muere. En ese momento, la tierra tiembla, las rocas se parten y el velo del templo se rasga en dos.

La muerte de Jesús es un momento de gran tristeza y dolor. Jesús da su vida por nosotros y experimenta la muerte en toda su plenitud. Es un recordatorio de la importancia de la entrega total y el sacrificio por los demás.

La sepultura de Jesús

Después de su muerte, el cuerpo de Jesús es bajado de la cruz y colocado en un sepulcro. Un hombre llamado José de Arimatea, miembro del Sanedrín, se encarga de la sepultura de Jesús.

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La sepultura de Jesús es un momento de gran tristeza y duelo. Jesús es colocado en un sepulcro, como cualquier otro ser humano. Es un recordatorio de la realidad de la muerte y de la importancia de enfrentarla con esperanza y confianza en la resurrección.

La resurrección de Jesús

Después de su muerte y sepultura, Jesús resucita al tercer día. Las mujeres que van al sepulcro encuentran la piedra removida y un ángel les dice que Jesús ha resucitado.

La resurrección de Jesús es el evento central de nuestra fe cristiana. Es la victoria sobre el pecado y la muerte, y nos da la esperanza de la vida eterna. Jesús ha vencido la muerte y nos ofrece la posibilidad de una nueva vida en él.

La aparición de Jesús a los discípulos

Después de su resurrección, Jesús se aparece a sus discípulos en varias ocasiones. Les muestra las heridas de sus manos y su costado, y les da el Espíritu Santo.

Estas apariciones de Jesús son un recordatorio de su presencia continua en nuestras vidas. Jesús está vivo y se hace presente en medio de nosotros a través del Espíritu Santo. Podemos experimentar su amor y su gracia en nuestra vida diaria.

La ascensión de Jesús

Después de sus apariciones a los discípulos, Jesús asciende al cielo. Les dice a sus discípulos que vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a todas las criaturas.

La ascensión de Jesús es un momento de despedida y envío. Jesús nos llama a continuar su misión en el mundo, llevando su mensaje de amor y salvación a todos los rincones de la tierra.

La misión de los discípulos

Después de la ascensión de Jesús, los discípulos se reúnen en Jerusalén y esperan la venida del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo desciende sobre ellos en Pentecostés, son llenos de valor y salen a predicar el Evangelio.

La misión de los discípulos es llevar el mensaje de Jesús al mundo. Son llamados a ser testigos de su resurrección y a compartir su amor y su gracia con todos los que encuentren.

La promesa del Espíritu Santo

Antes de su ascensión, Jesús promete enviar al Espíritu Santo a sus discípulos. Les dice que el Espíritu Santo les dará poder para ser sus testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.

La promesa del Espíritu Santo es una fuente de consuelo y fortaleza para los discípulos. El Espíritu Santo les dará el poder y la sabiduría necesarios para cumplir su misión y llevar el mensaje de Jesús al mundo.

La conclusión del Evangelio de Marcos

El Evangelio de Marcos concluye con la Gran Comisión de Jesús a sus discípulos. Jesús les dice: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, se condenará".

Esta conclusión nos recuerda la importancia de la misión de la Iglesia y de cada uno de nosotros como discípulos de Jesús. Estamos llamados a llevar el mensaje de Jesús al mundo y a invitar a todos a creer en él y recibir su salvación.

El Evangelio del domingo 19 de junio de 2022 nos presenta los eventos que llevaron a la crucifixión y resurrección de Jesús. A través de estas lecturas y reflexiones, somos invitados a profundizar en nuestra fe y a seguir a Jesús con fidelidad y amor. Que el Espíritu Santo nos guíe y fortalezca en nuestra misión de llevar el Evangelio al mundo.

Laura Fernandez

Laura Fernandez

¡Hola! Soy Laura Fernandez creadora de este blog sobre amor y espiritualidad. Me gusta escribir sobre internet y el amor en estos tiempos modernos.

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