Canción para pedir posada letra: la letanía completa para pedir posada

Letanía para pedir posada

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La canción para pedir posada es una tradición muy arraigada en la cultura hispana, especialmente en México y otros países de América Latina. Esta canción se canta durante las festividades navideñas, específicamente durante la celebración de las posadas. La letanía para pedir posada consta de una serie de diálogos entre los peregrinos y los posaderos, que representan a José y María en su búsqueda de un lugar donde hospedarse antes del nacimiento de Jesús.

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Peregrinos: En el nombre del cielo os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada

La letanía comienza con los peregrinos, representados por José y María, tocando a la puerta de una casa y pidiendo posada en el nombre del cielo. El verso "pues no puede andar mi esposa amada" hace referencia al estado avanzado de embarazo de María y su necesidad de descanso.

Posaderos: Aquí no es mesón, sigan adelante. Yo no puedo abrir, no sea algún tunante

Los posaderos, representados por los dueños de la casa, responden negativamente a la petición de los peregrinos. Ellos argumentan que no es un mesón, un lugar de hospedaje, y que no pueden abrir la puerta por temor a que sean personas malintencionadas.

Peregrinos: No seas inhumano, tennos caridad, que el Dios de los cielos te los premiará

Los peregrinos, insistiendo en su necesidad de posada, apelan a la caridad de los posaderos. Les recuerdan que Dios recompensará su generosidad y compasión.

Posaderos: Ya se pueden ir y no molestar, porque si me enfado os voy a apalear

Los posaderos, enojados por la insistencia de los peregrinos, les piden que se vayan y dejen de molestar. Incluso amenazan con golpearlos si no se marchan.

Peregrinos: Venimos rendidos desde Nazaret, yo soy carpintero de nombre José

Los peregrinos, intentando convencer a los posaderos de su honestidad, revelan que vienen desde Nazaret y que José es un carpintero.

Posaderos: No me importa el nombre, déjenme dormir, pues yo ya les digo que no hemos de abrir

Los posaderos, aún desconfiados, rechazan la petición de los peregrinos y les piden que los dejen dormir. No están dispuestos a abrir la puerta.

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Peregrinos: Posada te pide, amado casero, por solo una noche la reina del cielo

Los peregrinos, apelando a la compasión y respeto hacia María, le piden al posadero que les brinde posada por una sola noche. Hacen referencia a María como la reina del cielo.

Posaderos: Pues si es una reina quien lo solicita, ¿cómo es que de noche anda tan solita?

Los posaderos, sorprendidos por la afirmación de los peregrinos, cuestionan por qué una reina camina sola de noche. Expresan su incredulidad ante la situación.

Peregrinos: Mi esposa es María, es reina del cielo, y madre va a ser del Divino Verbo

Los peregrinos, revelando la identidad de María como la madre del Divino Verbo, intentan convencer a los posaderos de la importancia y trascendencia de su visita.

Posaderos: ¿Eres tú José? ¿Tu esposa es María? Entren peregrinos, no los conocía

Finalmente, los posaderos reconocen a José y María y les abren la puerta de su casa. Se dan cuenta de la importancia de su visita y les permiten hospedarse.

Peregrinos: Dios pague, señores, vuestra caridad, y que os colme el cielo de felicidad

Los peregrinos agradecen a los posaderos por su generosidad y les desean bendiciones y felicidad.

Todos: ¡Dichosa la casa que abriga este día a la Virgen pura, la hermosa María!

En este momento, todos los presentes en la posada expresan su alegría y bendiciones hacia la casa que acoge a la Virgen María en ese día tan especial.

(Los posaderos abren la puerta y dejan entrar a los peregrinos)

Finalmente, los posaderos abren la puerta y permiten que los peregrinos entren a su casa. Han comprendido la importancia de su visita y les brindan hospitalidad.

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¡Entren santos peregrinos, reciban este rincón, que aunque es pobre la morada, os la doy de corazón!

Los posaderos, ahora acogedores, invitan a los peregrinos a entrar y les ofrecen un lugar en su humilde morada. Aunque sea pobre, lo ofrecen de corazón.

¡Cantemos con alegría todos al considerar que Jesús, José y María nos vienen a visitar!

Finalmente, todos los presentes en la posada se unen en un canto de alegría al darse cuenta de que Jesús, José y María han venido a visitarlos. Es un momento de celebración y gratitud.

Laura Fernandez

Laura Fernandez

¡Hola! Soy Laura Fernandez creadora de este blog sobre amor y espiritualidad. Me gusta escribir sobre internet y el amor en estos tiempos modernos.

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