Credo Niceno-Constantinopolitano completo: Texto y significado
El Credo Niceno-Constantinopolitano es una de las declaraciones de fe más importantes en la historia del cristianismo. Es una síntesis de las creencias fundamentales de la Iglesia y ha sido recitado y afirmado por millones de creyentes a lo largo de los siglos. En este artículo, exploraremos el origen, el texto y el significado de este credo.
Origen y contexto histórico
El Credo Niceno-Constantinopolitano fue formulado en los siglos IV y V durante los concilios ecuménicos de Nicea (325 d.C.) y Constantinopla (381 d.C.). Estos concilios fueron convocados para abordar y resolver las controversias teológicas que surgieron en la Iglesia primitiva.
En el Concilio de Nicea, se trató principalmente la herejía de Arrio, quien negaba la divinidad de Jesucristo y sostenía que era una criatura creada por Dios. Para refutar esta herejía, los padres conciliares redactaron el Credo Niceno, que afirmaba la plena divinidad de Jesucristo y su igualdad con el Padre.
Sin embargo, surgieron nuevas controversias en los años siguientes, especialmente en relación con la divinidad del Espíritu Santo. Estas controversias llevaron a la convocatoria del Concilio de Constantinopla, donde se revisó y amplió el Credo Niceno original para incluir una declaración de fe en el Espíritu Santo.
Texto del Credo Niceno-Constantinopolitano
El texto completo del Credo Niceno-Constantinopolitano es el siguiente:
Credo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Credo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre.
También por nosotros fue crucificado bajo Poncio Pilato; padeció y fue sepultado.
Y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre.
Y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Credo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Credo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
Significado y doctrina
El Credo Niceno-Constantinopolitano contiene las creencias fundamentales de la fe cristiana. A través de sus afirmaciones, se establece la doctrina de la Trinidad, es decir, la creencia en un solo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El credo también enfatiza la divinidad de Jesucristo, quien es descrito como el Hijo único de Dios, engendrado y no creado, de la misma naturaleza del Padre. Se afirma su encarnación, su muerte en la cruz, su resurrección y su ascensión al cielo. Además, se espera su segunda venida para juzgar a vivos y muertos.
El Espíritu Santo también es reconocido como Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo. Se destaca su papel en la inspiración de los profetas y en la vida de la Iglesia.
El credo también menciona la Iglesia como una, santa, católica y apostólica. Esto significa que la Iglesia es una comunidad unida en la fe, santificada por el Espíritu Santo, universal en su alcance y fundada sobre los apóstoles.
Además, se confiesa la creencia en el perdón de los pecados a través del bautismo y se espera la resurrección de los muertos y la vida eterna.
Influencia y relevancia
El Credo Niceno-Constantinopolitano ha tenido una influencia significativa en la teología y la liturgia cristiana. Ha sido recitado en las celebraciones litúrgicas de muchas tradiciones cristianas y ha sido considerado como una declaración de fe central.
Además, el credo ha sido utilizado como una herramienta para combatir las herejías y establecer la ortodoxia en la Iglesia. Ha sido un punto de referencia para la formulación de otras declaraciones de fe y ha sido objeto de estudio y reflexión teológica a lo largo de los siglos.
En la actualidad, el Credo Niceno-Constantinopolitano sigue siendo una parte integral de la liturgia cristiana y una expresión de la fe de millones de creyentes en todo el mundo.
Conclusiones
El Credo Niceno-Constantinopolitano es una declaración de fe fundamental en el cristianismo. A través de sus afirmaciones, se establece la doctrina de la Trinidad y se proclama la divinidad de Jesucristo y del Espíritu Santo. Ha sido recitado y afirmado por millones de creyentes a lo largo de los siglos y ha tenido una influencia significativa en la teología y la liturgia cristiana. El Credo Niceno-Constantinopolitano es una expresión central de la fe cristiana y una parte integral de la tradición cristiana.
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