Venció la muerte con poder letra - El León de la Tribu de Judá

El león de la tribu de Judá, Jesús, es el poderoso salvador que venció las cadenas del pecado y nos liberó. Su victoria sobre la muerte es motivo de celebración y alabanza. En su resurrección, demostró su poder y autoridad sobre todo lo que nos oprime.

El es nuestra antorcha de victoria

En medio de la oscuridad y la desesperanza, Jesús brilla como una antorcha de victoria. Su luz ilumina nuestro camino y nos guía hacia la libertad. Su amor y gracia nos fortalecen y nos animan a seguir adelante, sabiendo que en Él encontramos la verdadera victoria.

Nuestra fortaleza en tiempos de flaqueza

En momentos de debilidad y flaqueza, Jesús es nuestra fortaleza. Su poder se perfecciona en nuestra debilidad y nos sostiene cuando nos sentimos incapaces de seguir adelante. Él nos fortalece con su Espíritu Santo y nos da la fuerza para enfrentar cualquier desafío que se presente en nuestro camino.

Una torre en tiempos de guerra

En medio de la batalla espiritual que enfrentamos, Jesús es nuestra torre de refugio y protección. Él nos guarda y nos defiende de los ataques del enemigo. Su nombre es poderoso y su presencia nos da seguridad y paz en medio de la guerra espiritual.

OH... la esperanza de Israel

Jesús es la esperanza de Israel y de toda la humanidad. En Él encontramos la promesa cumplida de redención y salvación. Su venida trajo esperanza y vida eterna para todos los que creen en Él. Su sacrificio en la cruz nos reconcilió con Dios y nos dio la esperanza de una vida nueva y abundante.

Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya

La resurrección de Jesús es la prueba definitiva de su poder sobre la muerte. Él venció la tumba y se levantó victorioso. Su resurrección nos llena de alegría y nos da la certeza de que también nosotros resucitaremos con Él. Aleluya, Jesús está vivo y reina por siempre.

Venció la muerte con poder

Jesús venció la muerte con su poder sobrenatural. Su resurrección es la demostración de su autoridad sobre todo lo que nos amenaza. Su victoria sobre la muerte nos da la seguridad de que también nosotros podemos vencer cualquier obstáculo que se presente en nuestra vida. En Él encontramos la fuerza para superar cualquier situación difícil.

Se levantó

Jesús se levantó de entre los muertos, demostrando su poder y autoridad sobre la muerte. Su resurrección es la prueba de que Él es el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. Su victoria sobre la muerte nos da la esperanza de una vida eterna junto a Él. En su resurrección encontramos la promesa de una vida nueva y transformada.

Huyen los demonios cuando canta el pueblo

La alabanza y la adoración a Jesús tienen un poder sobrenatural. Cuando el pueblo de Dios canta y alaba su nombre, los demonios huyen. La presencia de Dios se manifiesta de manera poderosa cuando alabamos y adoramos a Jesús. Su nombre es un arma poderosa que nos protege y nos libera de todo mal.

Huyen los demonios cuando cae el fuego

El fuego del Espíritu Santo tiene el poder de expulsar a los demonios y destruir todo lo que se opone a Dios. Cuando el fuego del Espíritu Santo cae sobre nosotros, los demonios no pueden resistir y deben huir. El fuego purificador de Dios nos limpia y nos libera de todo lo que nos oprime.

Huyen los demonios porque no soportan la alabanza al rey

Los demonios no pueden soportar la alabanza y la adoración a Jesús. Su presencia y su poder los atormentan y los obligan a huir. Cuando alabamos y exaltamos a Jesús, los demonios son derrotados y deben someterse a su autoridad. La alabanza es una poderosa arma espiritual que nos permite vencer al enemigo.

Al rey...yavhe...3 veces santo

Jesús es el Rey de reyes y Señor de señores. Su nombre es santo y digno de toda adoración. Él es el único digno de recibir toda gloria, honor y alabanza. Su nombre, Yavhe, es tres veces santo y representa su divinidad y su poder. Alabemos y exaltemos al Rey de toda la creación.

Vida y encanto son solo para él

Jesús es la fuente de vida y el encanto de nuestra existencia. En Él encontramos la plenitud de vida y la verdadera felicidad. Su amor y gracia nos transforman y nos llenan de gozo. En Jesús encontramos todo lo que necesitamos para vivir una vida abundante y significativa.