Letra de posada navideña: La letanía completa para pedir posada

Letanía para pedir posada
- Letanía para pedir posada
- Peregrinos: En el nombre del cielo os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada
- Posaderos: Aquí no es mesón, sigan adelante. Yo no puedo abrir, no sea algún tunante
- Peregrinos: No seas inhumano, tennos caridad, que el Dios de los cielos te los premiará
- Posaderos: Ya se pueden ir y no molestar, porque si me enfado os voy a apalear
- Peregrinos: Venimos rendidos desde Nazaret, yo soy carpintero de nombre José
- Posaderos: No me importa el nombre, déjenme dormir, pues yo ya les digo que no hemos de abrir
- Peregrinos: Posada te pide, amado casero, por solo una noche la reina del cielo
- Posaderos: Pues si es una reina quien lo solicita, ¿cómo es que de noche anda tan solita?
- Peregrinos: Mi esposa es María, es reina del cielo, y madre va a ser del Divino Verbo
- Posaderos: ¿Eres tú José? ¿Tu esposa es María? Entren peregrinos, no los conocía
- Peregrinos: Dios pague, señores, vuestra caridad, y que os colme el cielo de felicidad
- Todos: ¡Dichosa la casa que abriga este día a la Virgen pura, la hermosa María!
- (Los posaderos abren la puerta y dejan entrar a los peregrinos)
- ¡Entren santos peregrinos, reciban este rincón, que aunque es pobre la morada, os la doy de corazón!
- ¡Cantemos con alegría todos al considerar que Jesús, José y María nos vienen a visitar!
La posada navideña es una tradición muy arraigada en muchos países de habla hispana. Se trata de una representación del peregrinaje de María y José en busca de un lugar donde alojarse antes del nacimiento de Jesús. Durante esta representación, se canta una letanía en la que los peregrinos piden posada y los posaderos responden. A continuación, te presentamos la letra completa de la posada navideña, también conocida como la letanía para pedir posada.
Peregrinos: En el nombre del cielo os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada
Los peregrinos, representados por María y José, comienzan su peregrinaje pidiendo posada en el nombre del cielo. Explican que no pueden seguir caminando, ya que la esposa de José, María, está cansada y necesita descansar.
Posaderos: Aquí no es mesón, sigan adelante. Yo no puedo abrir, no sea algún tunante
Los posaderos, representados por los anfitriones de la posada, responden que no se trata de un mesón, un lugar de hospedaje, y les piden que sigan adelante. Temen que los peregrinos sean personas malintencionadas y no quieren abrirles la puerta.
Peregrinos: No seas inhumano, tennos caridad, que el Dios de los cielos te los premiará
Los peregrinos, insistiendo en su necesidad de encontrar un lugar donde alojarse, piden a los posaderos que no sean inhumanos y les muestren caridad. Les recuerdan que Dios, el Dios de los cielos, los premiará por su bondad.
Posaderos: Ya se pueden ir y no molestar, porque si me enfado os voy a apalear
Los posaderos, cada vez más irritados, les dicen a los peregrinos que se vayan y dejen de molestar. Incluso amenazan con apalearlos si no se marchan.
Peregrinos: Venimos rendidos desde Nazaret, yo soy carpintero de nombre José
Los peregrinos, intentando convencer a los posaderos de que les den posada, les cuentan que vienen desde Nazaret y que José es carpintero de oficio.
Posaderos: No me importa el nombre, déjenme dormir, pues yo ya les digo que no hemos de abrir
Los posaderos, aún reacios a abrir la puerta, les dicen a los peregrinos que no les importa su nombre y les piden que los dejen dormir. Les reiteran que no abrirán la puerta.
Peregrinos: Posada te pide, amado casero, por solo una noche la reina del cielo
Los peregrinos, apelando a la compasión de los posaderos, les piden posada en nombre de la reina del cielo, refiriéndose a María. Solicitan solo una noche de alojamiento.
Posaderos: Pues si es una reina quien lo solicita, ¿cómo es que de noche anda tan solita?
Los posaderos, sorprendidos por la afirmación de que María es una reina, cuestionan por qué una reina anda sola de noche.
Peregrinos: Mi esposa es María, es reina del cielo, y madre va a ser del Divino Verbo
Los peregrinos, explicando la situación, revelan que la esposa de José es María, quien es considerada reina del cielo y será madre del Divino Verbo, es decir, de Jesús.
Posaderos: ¿Eres tú José? ¿Tu esposa es María? Entren peregrinos, no los conocía
Finalmente, los posaderos reconocen a José y aceptan darles posada. Se disculpan por no haberlos reconocido antes y les abren la puerta.
Peregrinos: Dios pague, señores, vuestra caridad, y que os colme el cielo de felicidad
Los peregrinos agradecen a los posaderos por su caridad y les desean que Dios los recompense y los colme de felicidad.
Todos: ¡Dichosa la casa que abriga este día a la Virgen pura, la hermosa María!
En este momento, todos los presentes, tanto los peregrinos como los posaderos y los demás invitados, celebran la llegada de María y José. Reconocen la dicha de la casa que los acoge y alaban a la Virgen María.
(Los posaderos abren la puerta y dejan entrar a los peregrinos)
Finalmente, los posaderos abren la puerta y permiten que los peregrinos entren y encuentren refugio en su hogar.
¡Entren santos peregrinos, reciban este rincón, que aunque es pobre la morada, os la doy de corazón!
Los posaderos, una vez que los peregrinos han entrado, les dan la bienvenida y les ofrecen un lugar en su humilde morada. Aunque sea pobre, lo ofrecen de corazón.
¡Cantemos con alegría todos al considerar que Jesús, José y María nos vienen a visitar!
Finalmente, todos los presentes, llenos de alegría y emoción, entonan un canto para celebrar la visita de Jesús, José y María. Reconocen la importancia de este momento y se regocijan en su presencia.
La letanía para pedir posada es una parte fundamental de la tradición de la posada navideña. A través de estas palabras, se representa el peregrinaje de María y José y se reflexiona sobre la importancia de la hospitalidad y la compasión. Cada año, miles de personas alrededor del mundo participan en esta representación, manteniendo viva esta hermosa tradición navideña.
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